viernes, 4 de septiembre de 2009

LIBROS DE AUTOAYUDA: LO REAL DEL CAMBIO (segunda parte)

Como continuación del post anterior daré algunas precisiones para que usted señor o señora que se ha sentido estafado por alguno de los llamados libros de autoayuda, que le prometió la felicidad eterna o el éxito en botella y no la halló, pueda ahora sacarle un real provecho a su lectura o con más razón si aún no ha leído ninguno tenga expectativas más realistas cuando lo haga:

Como bien dicen y redicen innumerables veces en estos libros, el cambio parte de uno mismo… (no del libro), aunque pueda sonar a poner el parche antes de que salga la herida, es bastante cierto y bastaría el sentido común para entenderlo. Es iluso pensar que en unas cuantas páginas escritas por cualquier mortal se encuentre una especie del “biblia del éxito” o “Corán para una vida provechosa”.
La motivación no es siquiera el primer paso, el primer es el hacer, la motivación vendría a ser tan sólo un pre-requisito, una condición necesaria pero no suficiente para cualquier cambio, sino se aplica lo que se dice en el libro, no llega a ser más que un buen libro para alegrarnos el día.
En psicología no existen recetas, los libros de autoayuda son tan sólo guías, nos pueden dar ciertos principios que nos orienten, no contemplan todas las situaciones posibles, así que por lo mismo no deben ser tomados al pie de la letra, de tomarlos así tengan por seguro que lo que sigue a continuación es la frustración.
Hay un principio del aprendizaje que dice que cualquier cambio brusco y radical no suele ser durar mucho. Algo que los libros de autoayuda no nos pueden dar es perseverancia: el hábito. El lograr un cambio significa romper antiguos patrones de conducta o pensamiento y “habituarnos” a otros diferentes y no existe ninguna otra manera, fórmula mágica, sesión de hipnosis o fármaco de última generación que pueda vendernos “hábito”, la única forma de formar un hábito, por definición, es repitiéndolo una y otra vez, todo lo demás, está demostrado innumerables veces, sólo nos llenará de falsas esperanzas a largo plazo.
Hacer evidente lo obvio, es para mí tal vez una de los mejores aportes de estos libros, siempre encontrarán frases al estilo de “ponga manos a la obra” (obvio que tan sólo pensando no lograremos cambios), “si quiere mejorar la relación con su esposa, converse con ella” (no creo que exista una forma más común de relacionarse con alguien) o “si quiere ascender en su trabajo, esfuércese y sea creativo” (la verdad no conozco otra manera, al menos otra manera lícita), etc. Sin embargo muchas personas necesitamos de vez en cuando que alguien nos muestre que las cosas no son tan complicadas como nos parece y que pasos sencillos y obvios muchas veces bastan. Luego ya después de darnos cuenta de esto, con una visión despejada y realista podremos tomar mejores decisiones.
Sin llegar a generalizar, el público que mayormente lee estos libros de autoayuda son… oh sorpresa… personas que requieren ayuda, personas que han intentado anteriormente algún cambio en sus vidas y no han podido deshabituarse, ésta es una condición o característica personal previa a la lectura de cualquier libro, y si después de leerlo siguen manteniendo el mismo patrón, no veo porque echarle la responsabilidad al libro por algo que ya parte más de uno mismo, es como llover sobre mojado y echarle la culpa a la lluvia. Estoy seguro que las personas activas y con flexibilidad al cambio encontrarían muchos de estos libros redundantes y aburridos y aprovecharían mejor su tiempo haciendo algo respecto a sus dificultades que leyendo un libro.
Como verán mucho de lo dicho se resume en que deberíamos de entender y asumir al libro y lo que nos pueda decir tan sólo como una herramienta para el cambio y no como poseedor de todas las respuestas. Y ¿cuáles son las experiencias que ha tenido usted con estos libros de autoayuda?

2 comentarios:

Lidia dijo...

Es como cuando la gente rica le dice a un pobre: todo se puede! jaja
Es como cuando etc

JC dijo...

Exactamente Lidia la actitud positiva es necesaria pero no suficiente, un toque de realismo es un buen complemento.

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